Frases de la semana

"Más grande que el amor a la libertad es el odio a quien te la quita" (Anónimo)


“Nunca intente levantar las palabras que no pueda sostener” E. Dickinson

13 comentarios:

  1. El florista en jaque6 de abril de 2010, 20:00

    Otra vez un problema técnico...esa computadora que ustedes manejan siempre está en jaque... ¿¿será por el programa?? Igual, los felicito por lo que hacen, soy nuevo escuchándolos y ya me hice adicto. Me gusta la voz de la conductora, muy dulce...muy sexi a veces. No tengo el gusto de haber escuchado su nombre, ¿¿¿me lo dice??? Saludos y gracias por existir. Escuché Radio Walden !!!!! Buenísima también, me encantó.

    ResponderEliminar
  2. descubri el blogs, y esa frase con la cual me vi recibida, dice muchas cosas de la vida misma y de mi, gracias por estar.

    ResponderEliminar
  3. UN SUEÑO EN ALEMANIA
    Esta mañana soñé un sueño que me dejó abrumado y que fui ordenando después.
    Tus mayores te engendran. En la otra frontera de los desiertos hay aulas polvorientas o, si se quiere, depósitos polvorientos, con filas paralelas de pizarrones muy gastados, cuya longitud se mide por leguas o por leguas de leguas. Se ignora el número preciso de los depósitos, que sin duda son muchos. En cada uno hay diecinueve filas de pizarrones y alguien los ha cargado con palabras y con cifras arábigas, escritas con tiza. La puerta de cada una de las aulas es corrediza, a la manera del Japón, y está hecha de un metal oxidado. La escritura se inicia en el borde izquierdo del pizarrón y empieza por una palabra. Debajo hay otra y todas siguen el rigor alfabético de los diccionarios enciclopédicos. La primera palabra, digamos, es Aachen, nombre de una ciudad. La segunda, que está inmediatamente abajo es Aar, que es el río de Berna, en tercer lugar está Aarón, de la tribu de Levi. Después vendrán abracadabra y Abraxas. Después de cada una de esas palabras se fija el número preciso de veces que las verás, oirás, recordarás o pronunciarás en el decurso de tu vida. Hay una cifra indefinida, pero indudablemente no infinita para el número de veces en que pronunciarás entre la cuna y la sepultura, el nombre de Shakespeare o de Kepler. En el último pizarrón de un aula remota está la palabra Zwitter, que vale en alemán por hermafrodita, y abajo agotarás el número de imágenes de la ciudad de Montevideo que te ha sido fijado por el destino y seguirás viviendo. Agotarás el número de veces que te ha sido fijado para pronunciar tal o cual hexámetro y seguirás viviendo. Agotarás el número de veces que le ha sido dado a tu corazón para su latido y entonces habrás muerto.
    Cuando esto ocurra las letras y los números de tiza no se borrarán enseguida. (En cada instante de tu vida alguien modifica o borra una cifra.) Todo esto sirve para un fin que nunca entenderemos.

    J.L.Borges, "Atlas"
    (citado por El Emperador De Nadielandia)

    ResponderEliminar
  4. El Topo Gigio dijo...:
    Este señor "José", a quien no conozco, es -sin dudas- un "cronopio", lo que, por si hiciera falta, quedó plenamente demostrado en el hecho de que no se tomara la más mínima molestia en satisfacer la frívola curiosidad humana. Sin embargo, si uno escucha atentamente las reflexiones que esa persona (o mejor dicho, que esa persona "y sus circunstancias", diría Ortega Y Gasset) despertó en Rudy y Nerina, se vuelve imposible imaginar por qué ellos mismos lo llamaron así (vamos, o entendí muy mal, o ese hombre no les resulta "copado" en lo más mínimo). Rudy, Nerina, les recomiendo que se tomen el trabajo de (re-)escuchar el bloque que le dedicaron: tras un aparente barniz de simpatía, fue una seguidilla desbordante de prejuicios "progres" y "lugares comunes" burgueses sobre esos extraños seres que rechazan a sus congéneres en aras de una sacrificada fraternidad con el resto del reino animal. Sí, como mi nono, marginal del que ciertamente no se podría haber dicho (como dijo Nerina) que era una "persona que se desvive por los animales pero para la que los seres humanos no existen" -concepto que por alguna misteriosa razón a algunos cerebros miopes siempre acaba por sonarles a (?) "fascismo"-. A tal punto "existían" los humanos para el pobre viejo, que los detestaba con toda el alma.

    Podría seguir, ni hablar, pero -medio a desgano- me pliego a los inteligentes dictámenes planteados por Araña al respecto de utilizar los "comentarios" para "contestar" a esto o lo otro (por lo demás, mucho de lo dicho en los "comentarios" del "Escenario..." giró sobre este siempre ríspido asunto).

    Hablarles de mi abuelo, no me digan que no, sería un desperdicio. Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Krrris cita...:

    “A veces me preguntan: ¿Por qué inviertes todo ese tiempo y dinero hablando de la amabilidad para con los animales cuando existe tanta crueldad hacia el hombre? A lo que yo respondo: Estoy trabajando en las raíces.”

    George T. Angell (1823-1909), abogado "animalista" (curiosísimo especimen de jurista estadounidense, dedicado exclusivamente a la defensa legal de clientes que jamás le pagarían sus honorarios. Fundador de la "Massachusetts Society for the Prevention of Cruelty to Animals").

    ResponderEliminar
  6. otra vez Krrrris, con una yapa:

    "La ardilla que matas como broma, muere de verdad."
    H.D. Thoreau.

    ResponderEliminar
  7. Araña dijo...:
    A veces el substrato ideológico de la Ciencia no tiene más contenido que el de un taxista o un ama de casa. La Psiquiatría no cree que lo de "José" sea una elección voluntaria sobre su propio destino, sino una enfermedad, un desorden obsesivo-compulsivo al que (para colmo) ha bautizado como "Síndrome De Diógenes" -en su variante "acaparador de animales"-. Supongo que algún día se considerará que este diagnóstico no fue más que una de las tantas torpezas de la Ciencia (y sobre todo de la Psiquiatría, una de sus manifestaciones más perversas). Es llamativa la elección del nombre del cuadro clínico, que incluye la evidentemente despectiva referencia a una de las mentes más brillantes de la Antigüedad, Diógenes de Sínope (412 A.C - 323 A.C), cuya principale premisa fuera la autosuficiencia por medio de la independencia absoluta de las "necesidades" materiales y los lujos sociales. Quizás "La Flor..." no sea el lugar indicado, pero sería interesante que alguna vez la producción del "Escenario..." realice alguna somera investigación sobre esta tragicómica muestra de la pedantería científica.

    ResponderEliminar
  8. no comparto la frase.
    estoy de acuerdo en que la tele por lo general, no hace mas que hacernos perder tiempo sin sacar nada productivo de ella. pero decir que quien trabaja de la tele, no sabe hacer nada, es absolutamente errado.

    muy bueno el blog, me gusta mucha la imagen del blog.
    un saludo en la lejania.

    ResponderEliminar
  9. Savora dijo...:
    Me extraña Araña que un tipo de su calibre mental presente de un modo tan naïf el asunto del "Síndrome De Diógenes", siendo que parece conocer de qué se trata. Lo mismo usted, Topo Gigio: en uno de sus "comentarios" contó que colaboraba con grupos proteccionistas de animales abandonados o en situación de riesgo, así que me sorprendería mucho si no se topó con alguna de esas "raras" personas en más de una ocasión. Con todo respeto, creo que idealizan la situación en la que viven los así llamados "acaparadores". Ojo, acepto en gran medida eso de que se trata de personas que eligieron una forma de vida terriblemente sacrificada en su afan de hacerse cargo de esos montones de seres despreciados por la misma sociedad que los produce permitiendo arbitrariamente su proliferación, una sociedad a la que muy poco le costaría implementar campañas masivas de esterilización, una sociedad que por añadidura considera que los animales son mercancía comprable en un criadero al frívolo influjo de una raza de moda. Y estos pobres viejos (porque casi siempre son viejos y viejas solos) anulan cualquier tipo de comodidad habitacional -no está tan mal la referencia a Diógenes, amigo Araña- o "vida social" intentando con desesperación hacerle lugar a uno, dos, tres gatos o perros más, gastan lo que no tienen en interminable y costosísima atención veterinaria, ante la mirada asqueada de un vecindario que los considera dementes odiosos.
    Pero esa es solo una cara de la moneda. En esa permanente labor de salvataje de aquellos a los que nadie "normal" salvaría, llegan un día a actuar de manera compulsiva e irracional: sus recursos (espacio, capital, fuerza física) se les revelan a ellos mismos como insuficientes, pero ellos ignorarán esa progresiva incapacidad, a costa incluso de sus otros refugiados, cuyo número creciente implica ya un hacinamiento que afecta cada vez más las condiciones básicas de salubridad: las peleas con heridas y las pestes proliferan, los animales carecen del mínimo espacio para moverse, etc. (y siempre se empieza igual: de lo primero que el "acaparador" empieza a prescindir es de los productos de limpieza). El "acaparador" ya casi no piensa en los animales que rescató (que comienzan a languidecer -hasta grados terminales, incluso-), sino en los que TIENEN todavía que rescatar (que, por supuesto, son infinitos). La "elección voluntaria sobre su propio destino" a la que hizo referencia Araña puede transformarse de hecho en un innegable transtorno obsesivo-compulsivo, en el que ya no es el pobre implicado la única víctima (que conste que no hablo de la ofensa al oído y al olfato de un estúpido y aburrido vecindario sin nada mejor que hacer). Es así como del modo más paradójico posible, del modo más triste, estas personas terminan siendo verdaderos culpables de los cargos de abandono y crueldad animal, judicialmente equiparables al tarado conductor que atropella por gusto a un perro o a un cuis (¡que bueno lo de Thoreau, Krrris!) o al vecino que envenena a los gatos que se meten en su patio.

    ResponderEliminar
  10. (2da parte)
    Como Araña o el Topo Gigio, mi respeto por esos "raros" personajes que nos enrostran nuestra propia frivolidad es inmenso, pero será deber (que palabra fea, la verdad) de los proteccionistas -o de cualquier humano sensible- echarles cada tanto una mirada vigilante y ver si necesitan una mano: Doña Gladys -de acá a la vuelta- tiene una treintena de gatos; me viene costando un triunfo ir haciéndole esterilizar a los adultos o que me ceda cada tanto algunas de las sucesivas crías para llevarlas al cruce de las peatonales los sábados a la mañana.

    P.D. Esta fue, claro, una respuesta para Araña y el Topo Gigio (y sí, la verdad que para "La Flor..." no da), pero para los que no lo sepan, mas vale hacer la siguiente aclaración: el "Síndrome De Diógenes" tiene como una de sus múltiples variantes la acumulación de animales. El concepto general de este cuadro clínico abarca todos los "rejuntes" obsesivo-compulsivos posibles, diarios viejos, muebles rotos, comida, etc (investiguen la fantástica historia de los Hnos. Collyer, dos viejos neoyorquinos que llegaron a llenar su lujosa mansión de cuatro pisos en plena Quinta Avenida con 200 toneladas de variada basura -debajo de la cual los bomberos, en abril del '47, sacaron ambos cadáveres, ya putrefactos-).

    ResponderEliminar
  11. Sí, otra vez Savora. Eso de decirles que investiguen sin darles siquiera una pista es bastante miserable. Acá les encontré un buen artículo sobre los Hnos. Collyer:

    http://www.elpais.com/articulo/portada/Enterrados/basura/elpepusoceps/20091122elpepspor_3/Tes

    De nada.

    ResponderEliminar
  12. ¿La televisión? ¿Qué es eso? Es la puerta desaprovechada y no abierta de la cultura?

    Saludos

    ResponderEliminar
  13. "Los que solo comparten su tiempo y sus recursos con las personas necesitadas nunca nos han reprochado compartir nuestro tiempo y recursos solo con los animales necesitados. Sin embargo, es el típico reproche de aquellos que jamás comparten nada".

    Ronnie Lee, uno de los fundadores del "Animal Liberation Front".

    ResponderEliminar